Diario de gratitud
Una de las herramientas que nos sugiere la psicología
positiva, es llevar un Diario de gratitud.
¿Qué es?
Consiste básicamente en reservar unos minutos al final de
cada día, o antes del desayuno del día siguiente, a recordar y anotar aquellas
cosas, acontecimientos o vivencias que hayamos experimentado y que ameriten
nuestro agradecimiento. Pueden ser regalos de la naturaleza, como una puesta de
sol extraordinariamente bella que nos haya tocado presenciar, momentos de
convivencia familiar o de pareja, eventos afortunados, como haberse sacado
reintegro en un billete de lotería. También puede ser que durante el día
hayamos traído a nuestra mente acontecimientos importantes, aunque no sean
recientes, como por ejemplo recordar el día de hace más de cuarenta años en que
decidí dejar de fumar...
Cultivar esta actividad nos ayudará a enfocar mejor los
aspectos positivos de la vida en vez de centrarnos en los errores o problemas.
Nos permitirá adquirir consciencia de muchas pequeñas cosas buenas que tenemos
y que damos por sentadas. También nos evitará la tentación de compararnos con
los demás, autocompadecernos o asumir el papel de víctima.
Estas no son apreciaciones subjetivas, existen estudios
psicológicos muy bien llevados que comprueban los principales beneficios de
esta práctica:
·
Mejora la salud física.
·
Fortalece la autoestima.
·
Facilita el sueño reparador.
·
Estimula la resiliencia.
¿Cómo se hace?
Es muy sencillo, basta conseguir una libreta y una pluma y
dedicarle un ratito (5-10 minutos) de cada día, a anotar aquellas cosas que
durante las últimas 24 horas nos hicieron sentir bien, o estar agradecidos. La
forma de anotarlo puede ser desde muy escueta, cuasi-telegráfica, hasta
detallada y prolija, eso depende de los gustos personales. Conviene tratar de
hacerlo siempre a la misma hora, con el fin de crear el hábito. Si se nos pasa
un día, no hay problema, lo retomamos al siguiente.
Lo que anotemos pueden ser hechos o situaciones
aparentemente sin importancia, o, siendo el caso, acontecimientos muy
importantes. También pueden ser, como ya dije antes, eventos del pasado, pero
que por alguna razón hayamos recordado ese día.
Hay que recordar que este diario es para MI propio consumo,
así que no es necesario cuidar mucho el estilo. Es importante la espontaneidad.
Como toda buena idea, esta no ha escapado a la plaga de la
comercialización. Si tecleas “Diario de gratitud” en Google, lo primero que
verás serán anuncios de unas libretitas muy monas ya rotuladas como tal y que
podrás adquirir a muy buen precio en Amazon, en Mercado Libre, o en la
papelería del barrio. Esto, por supuesto, es innecesario. En lo personal a mí,
para iniciar este hábito, me bastó con una libreta de segunda mano, a la que le
arranqué las hojas ya usadas.
Tal vez al principio se dificulte un poco, y vas a sentir
que es una práctica monótona y repetitiva. Limita tus anotaciones a dos o tres
cosas, no te acabes todos tus agradecimientos el primer día. Trata de
establecer una hora y lugar fijo para este menester y tente mucha paciencia.
Aquí hay otros consejos que pueden ayudarte:
·
Incluye actividades cotidianas que te hagan
sentir bien. Nada es tan insignificante como para no merecer un lugarcito en tu
diario. Un agradable regaderazo con agua bien caliente, por ejemplo.
·
No olvides las posesiones significativas. Puede
haber cosas que adquiriste hace tiempo, y que una vez pasada la novedad ya no
valoras. Tu bicicleta, tu guitarra…
·
Resalta tus habilidades y cualidades. Cosas tan
sencillas y dadas por hechas como ser capaz de caminar, ver y oler…
·
Céntrate en las personas que forman parte de tu
vida. Es posible que no aprecies el verdadero valor de las personas que
diariamente tienes a tu alrededor…
·
Recuerda las experiencias que te han hecho
feliz. El día que hagas algo especial, no olvides mencionarlo en tu diario de
gratitud
·
Convierte los problemas en oportunidades.
Recuerda esta frase de Sigmund Freud: “He sido un hombre afortunado, en la vida
nada me ha sido fácil”.
Si eres una persona creyente y rezas diariamente, esto no
substituye ni estorba a tu oración de agradecimiento, sino que la complementa
De verdad, es una experiencia que vale la pena, así que
¡Vamos! A buscar una libreta…
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