jueves, 6 de febrero de 2025

Diario de Gratitud

 

Diario de gratitud

Una de las herramientas que nos sugiere la psicología positiva, es llevar un Diario de gratitud. ¿Qué es?

Consiste básicamente en reservar unos minutos al final de cada día, o antes del desayuno del día siguiente, a recordar y anotar aquellas cosas, acontecimientos o vivencias que hayamos experimentado y que ameriten nuestro agradecimiento. Pueden ser regalos de la naturaleza, como una puesta de sol extraordinariamente bella que nos haya tocado presenciar, momentos de convivencia familiar o de pareja, eventos afortunados, como haberse sacado reintegro en un billete de lotería. También puede ser que durante el día hayamos traído a nuestra mente acontecimientos importantes, aunque no sean recientes, como por ejemplo recordar el día de hace más de cuarenta años en que decidí dejar de fumar...

Cultivar esta actividad nos ayudará a enfocar mejor los aspectos positivos de la vida en vez de centrarnos en los errores o problemas. Nos permitirá adquirir consciencia de muchas pequeñas cosas buenas que tenemos y que damos por sentadas. También nos evitará la tentación de compararnos con los demás, autocompadecernos o asumir el papel de víctima.

Estas no son apreciaciones subjetivas, existen estudios psicológicos muy bien llevados que comprueban los principales beneficios de esta práctica:

·         Mejora la salud física.

·         Fortalece la autoestima.

·         Facilita el sueño reparador.

·         Estimula la resiliencia.

¿Cómo se hace?

Es muy sencillo, basta conseguir una libreta y una pluma y dedicarle un ratito (5-10 minutos) de cada día, a anotar aquellas cosas que durante las últimas 24 horas nos hicieron sentir bien, o estar agradecidos. La forma de anotarlo puede ser desde muy escueta, cuasi-telegráfica, hasta detallada y prolija, eso depende de los gustos personales. Conviene tratar de hacerlo siempre a la misma hora, con el fin de crear el hábito. Si se nos pasa un día, no hay problema, lo retomamos al siguiente.

Lo que anotemos pueden ser hechos o situaciones aparentemente sin importancia, o, siendo el caso, acontecimientos muy importantes. También pueden ser, como ya dije antes, eventos del pasado, pero que por alguna razón hayamos recordado ese día.

Hay que recordar que este diario es para MI propio consumo, así que no es necesario cuidar mucho el estilo. Es importante la espontaneidad.

Como toda buena idea, esta no ha escapado a la plaga de la comercialización. Si tecleas “Diario de gratitud” en Google, lo primero que verás serán anuncios de unas libretitas muy monas ya rotuladas como tal y que podrás adquirir a muy buen precio en Amazon, en Mercado Libre, o en la papelería del barrio. Esto, por supuesto, es innecesario. En lo personal a mí, para iniciar este hábito, me bastó con una libreta de segunda mano, a la que le arranqué las hojas ya usadas.

Tal vez al principio se dificulte un poco, y vas a sentir que es una práctica monótona y repetitiva. Limita tus anotaciones a dos o tres cosas, no te acabes todos tus agradecimientos el primer día. Trata de establecer una hora y lugar fijo para este menester y tente mucha paciencia. Aquí hay otros consejos que pueden ayudarte:

·         Incluye actividades cotidianas que te hagan sentir bien. Nada es tan insignificante como para no merecer un lugarcito en tu diario. Un agradable regaderazo con agua bien caliente, por ejemplo.

·         No olvides las posesiones significativas. Puede haber cosas que adquiriste hace tiempo, y que una vez pasada la novedad ya no valoras. Tu bicicleta, tu guitarra…

·         Resalta tus habilidades y cualidades. Cosas tan sencillas y dadas por hechas como ser capaz de caminar, ver y oler…

·         Céntrate en las personas que forman parte de tu vida. Es posible que no aprecies el verdadero valor de las personas que diariamente tienes a tu alrededor…

·         Recuerda las experiencias que te han hecho feliz. El día que hagas algo especial, no olvides mencionarlo en tu diario de gratitud

·         Convierte los problemas en oportunidades. Recuerda esta frase de Sigmund Freud: “He sido un hombre afortunado, en la vida nada me ha sido fácil”.

Si eres una persona creyente y rezas diariamente, esto no substituye ni estorba a tu oración de agradecimiento, sino que la complementa

De verdad, es una experiencia que vale la pena, así que ¡Vamos! A buscar una libreta…

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