martes, 27 de mayo de 2025

Artistas... y caídas en escena

 En mi lectura diaria del periódico, entre tanta noticia deplorable… guerras, asesinatos, crisis, robos, hambre, atropello de derechos humanos, me encuentro una, que siendo también mala, por lo menos no resulta fatal ni tan trascendente. Shakira sufre una caída  durante un espectáculo. Se levantó y siguió cantando...

José José, Juan Gabriel, Luis Miguel, Joaquín Sabina, Joan Sebastian, Madonna, Chris Martin, Maxi Trusso, Laura Pausini, Gloria Trevi, Taylor Swift, Beyoncé, Katy Perry, Jennifer López, Pink, son solo algunos ejemplos de artistas que han sufrido caídas en el escenario. Debo confesar que a algunos no los conozco. También les diré que para empaparme del tema me receté varios videos de You Tube que coleccionan este tipo de situaciones. La mayoría me parecieron de muy mal gusto…   En casi todos los casos el “show pudo continuar” y las consecuencias no fueron más allá de los moretones. (en la caída de Sabina no fue así, ya que terminó en cirugía).

Despertó mi curiosidad conocer las causas. Se mencionan escenarios mal montados, resbaladizos, vestimenta inadecuada, y otros.

En varios de los videos que revisé noté, sin embargo un factor en común. Personas realizando movimientos, sobre todo bailes, más allá de sus capacidades físicas reales y actuales. En pocas palabras gente intentando parecer más joven de lo que es…

En algunos casos resulta verdaderamente patético ver a una mujer mayor, con vestimenta propia de alguien 30 años menor, y ejecutando movimientos para los que ya resulta bastante torpe.

De ninguna manera estoy en contra de que las personas mayores tratemos de mantenernos sanos y en forma. Yo mismo no perdono, a veces con algo de esfuerzo, mis cinco kilómetros diarios de caminata, que sin duda contribuyen a mantenerme, si no “más joven”, por lo menos más sano. A lo que no le veo razón es a terminar haciendo el ridículo tratando de aparentar cuarenta años, cuando tienes setenta y tantos…

Lo que verdaderamente me interesa son las razones que pueden orillar a las personas a actuar así. Encontré varias:

Presión laboral. Si bien la experiencia es una característica muy deseable en el ámbito laboral, el exceso de ella pudiera no serlo. Hay situaciones donde una apariencia no muy juvenil puede ser una desventaja. He sabido de casos de personas que programan una sesión de aplicación de bótox o de relleno de arrugas con colágeno, en previsión a una entrevista laboral… En el caso de los artistas es obvio que la presión es mayor, ya que la cultura actual tiende a sobrevalorar la juventud o la apariencia juvenil. A mis años esto parece tener poco sentido, ya que lo que me hace querer disfrutar de la obra de alguien es la calidad de la obra, no la edad del artista. Seguí asistiendo hasta el último concierto de Joan Manuel Serrat porque me gustan sus canciones, me gusta lo que dicen, y como lo dicen, no importaba que lo que veía en el escenario era un hombre anciano. Te puedo enseñar la “Pietá” y el “Juicio final”, ambas obras de Miguel Ángel, y estoy seguro que no te importará saber cuál es fruto de sus 24 años y cuál de los setenta, ya que ambas son obras maestras…

Presión social. Existe una intensa presión entre pares, familiares, y sobre todo en los medios y en las redes sociales por conservar a toda costa un aspecto juvenil, y desafortunadamente mucha gente sucumbe a ella, con gran beneplácito de la industria de la “belleza”. Tintes, afeites, ropa, procedimientos estéticos, y una larga fila de etcéteras se ven grandemente beneficiados por esta necesidad creada de “vernos más jóvenes”.

Autoestima. La pérdida de capacidades conforme avanza la edad puede afectar nuestra autoestima, sobre todo si no nos sentimos muy satisfechos con los logros que tuvimos en nuestra juventud y madurez. Es muy importante ser muy conscientes que nuestro valor intrínseco y dignidad de persona humana no tienen nada que ver con nuestras capacidades físicas o apariencia actuales.

Existen varias estrategias para mantener y fortalecer la autoestima en la vejez:

Actividad física:

Mantenerse activo físicamente, aunque sea con actividades adaptadas, puede mejorar la salud física y mental, aumentando la autoestima.

Participación social

Mantener interés por el aprendizaje

Mantener la mente activa con actividades como la lectura, la pintura o el estudio

Aceptación y gratitud

Apoyo social. Red de apoyo sólida, de familia o amigos

Reconocimiento de la experiencia. Eso le corresponde a la sociedad

Perdón y reconciliación

En resumen, es importante reconocer que la autoestima en la vejez es fundamental para el bienestar emocional y la calidad de vida. Al tomar medidas para mantener la actividad física, la participación social, el aprendizaje continuo y el apoyo social, las personas mayores pueden fortalecer su autoestima y disfrutar de una vejez más plena y satisfactoria.

Todo esto es lo que contribuirá a aumentar nuestro bienestar y a tener una vejez más plena y feliz, siempre aceptando la realidad y trabajando para mejorarla… no para disfrazarla...

sábado, 3 de mayo de 2025

Bienestar y felicidad

 Al crecer sin la presencia de mi padre, de manera tal vez instintiva siempre tuve la tendencia a acercarme hacia quienes pudieran substituir un poco ese rol. Fui muy afortunado, encontré por el camino a algunas personas buenas, que, a sabiendas o no, fueron figuras paternas positivas. Un padrastro, un tío lejano, y algunos otros.

Siendo adolescente, escuché de alguno de ellos un razonamiento según el cual la vida es una sucesión de eventos, que pueden ser positivos (agradables) o negativos (desagradables). Enfocándolo desde un punto de vista muy simplista, la conclusión era que según qué tipos de eventos predominan, entonces seríamos felices o infelices. Aún a esa edad, algo no me convenció de este razonamiento, y me dije que la felicidad es mucho más que aritmética de los “momentos” y que estos tienen trascendencias diferentes. No sabía en ese momento que estaba pensando en lo que ahora se llama bienestar hedónico o “subjetivo-hedónico” y bienestar eudaimónico o “psicológico-eudaimónico”.

El bienestar hedónico se centra en la búsqueda de placer y la satisfacción de deseos. Debe su nombre al Hedonismo, escuela filosófica entre cuyos iniciadores estaba Aristipo de Cirene, que considera el placer como el fin y fundamento de la vida.

Se relaciona con la experiencia de placer, satisfacción y disfrute de sensaciones agradables. Incluye actividades como disfrutar de la comida, relajarse, pasar tiempo con amigos y experimentar emociones positivas. Se puede lograr a través de la búsqueda de experiencias gratificantes y la evitación del dolor y la incomodidad.

En cambio el bienestar eudaimónico se enfoca en la realización personal, el significado de la vida y la contribución a algo más trascendente que uno mismo. En griego significa “bien supremo”

Se refiere a la sensación de propósito, significado y conexión con algo más grande que uno mismo. Incluye actividades como el crecimiento personal, el desarrollo de habilidades, la contribución a la sociedad y la búsqueda de la virtud. Se centra en la realización de metas significativas y el logro de un sentido de plenitud en la vida. El bienestar eudaimónico puede proporcionar una satisfacción más profunda y duradera que el bienestar hedónico.

Evidentemente estos dos tipos de bienestar no son mutuamente excluyentes, de hecho ambos son necesarios para una vida plena y balanceada. Hay, de hecho, estrechas relaciones entre ellos: un logro que nos proporcione bienestar eudaimónico, también nos producirá bienestar hedónico, ya que un logro, por lo general se acompaña de sensaciones placenteras, que a su vez fungir como motivadores.     

Las experiencias de bienestar de tipo hedónico suelen producir una sensación de logro más inmediata e intensa, pero también de corta duración. Otra característica del bienestar hedónico es que suele saturar y dejar de ser satisfactorio al repetirse. Pensemos por ejemplo en el día que probamos por primera vez aquel platillo exquisito, pero imaginemos luego que nos lo sirvan… todos los días. ¿Cuánto tardará en ya no parecernos tan delicioso?

En estos días dos de mis nietos andan en Disneylandia de vacaciones con sus papás. Están disfrutando en grande. Siempre me he preguntado cómo ven Disneylandia los niños que la tienen a la vuelta de la esquina ¿Cada cuando irán?

Lo que verdaderamente nos dará la felicidad son los logros o momentos de bienestar de tipo eudaimónico, que, al ser más intensos, significativo y de largo plazo, no necesitan ser muchos.

Evidentemente en la vida diaria necesitamos de ambas cosas para encontrar un balance adecuado. Si nos la pasamos buscando satisfacciones inmediatas de tipo hedonista, lo más probable es que terminemos frente a una desalentadora sensación de vacío existencial, que nos llevará a la desesperanza o a los excesos. Por otra parte renunciar por completo a las satisfacciones sencillas y tangibles, en aras de perseguir siempre lo trascendente hará que nuestra vida sea árida y probablemente intolerable.

Hay recomendaciones muy sencillas para buscar este equilibrio: Apreciar las cosas pequeñas, mantener relaciones significativas, practicar la gratitud, dedicar tiempo al descanso y la meditación, son medidas sencillas que nos pueden ayudar a logarlo.

Existen incluso algunos test que nos pueden ayudar a conocernos mejor en este aspecto. Les comparto un par de ejemplos:

Cuestionario de Bienestar Psicológico (PWB):

Evalúa seis dimensiones del bienestar: autoaceptación, autonomía, crecimiento personal, propósito en la vida, relaciones positivas con otros y dominio del entorno. 

Cuestionario de Bienestar Eudaimónico (QEWB):

Examina aspectos como el autodescubrimiento, la percepción del desarrollo de las potencialidades, la sensación de propósito y significado en la vida, la participación intensa en actividades, la inversión de un esfuerzo significativo y el disfrute de las experiencias.

No olviden que, como en todo, aquí la virtud está en el justo medio….

 


Quien no conoce la historia...

 ... está condenado a repetirla. Esta es una frase muy conocida, que se atribuye a George Santayana (1863-1952), filósofo hispano-estadounid...