Durante mi infancia pasé muchas
horas sentado ante una mesa, con un
tablero al centro, especialmente los días lluviosos. Los juegos de mesa fueron
una parte importante en la vida de los de mi generación. Actualmente no han
desaparecido, pero han ido perdiendo espacio ante los videojuegos. Otros se han
sofisticado un poco, o un mucho, como el añorado Monopoly, que ya no viene con "dinero" en billetes, sino con tarjetas y una terminal…
Traigo a colación esto porque se
me vino a la mente un juego que se llama “Serpientes y escaleras”. Parece que
nació en la India hace más de cinco mil años, y se supone que pretende enseñar
el concepto del “Karma”. No sé si lo recuerdan o lo jugaron. Es un tablero que
contiene de 64 a 144 casillas. Se inicia abajo, se avanza tirando dados y gana
quien llega primero a la última casilla, ubicada arriba a la izquierda. Las
casillas representan generalmente escenas de la vida real, pero hay algunas
casillas que entran en contacto con una serpiente y entonces resbalamos por
ella y perdemos gran parte de lo ganado, o una escalera, que nos permite
ascender y ganar muchas casillas. Los recuadros con serpiente dibujan escenas
donde hacemos algo malo, como mentir o robar y las de escalera muestran un acto
bueno como ser generosos, serviciales, amables. Trata de enseñar que los actos
de la vida tienen consecuencias, según buenos o malos. Sin embargo, en el
juego, caer en una casilla “buena” o
“mala” es producto exclusivamente del azar.
La similitud con la vida real es
evidente. Todos hemos tenido “escaleras” o “serpientes”.
Recién egresado de mi residencia
obtuve mi primer empleo como internista en una clínica del sector salud.
Aproximadamente un año después, por una serie de cambios administrativos, en el
hospital donde me entrené se requería un jefe de departamento. Uno de mis
antiguos profesores me recomendó para el puesto, y me cayó del cielo una
“escalera”. Las cosas marcharon bien, me identifiqué con mis superiores, fui eficiente
en el puesto y terminé como subdirector del hospital. Resulta que después de
unos años, el líder del grupo con el que yo me identificaba y colaboraba, cayó
políticamente en desgracia y eso nos arrastró a todos… Terminé como médico de
urgencias del turno de noche… Tuve mi serpiente.
Tiempo después, esa serpiente se
me convirtió en escalera, porque con la práctica me volví experto en urgencias,
y me ofrecieron ser jefe de ese departamento en un hospital prestigioso de mi
ciudad. Me retiré de la profesión como
Director Médico del mismo.
En el juego las “escaleras” y
“serpientes” te llegan por puro azar, pero en la vida real no es necesariamente
así, generalmente resbalar o ascender depende de tu actuación previa, aunque
siempre existe una dosis de “suerte”, como sucedió en mis dos primeras
experiencias. Pero, como todos los acontecimientos de la vida, toparte con
“serpientes” o “escaleras”, no está bajo nuestro entero control. Lo que sí lo
está es nuestra respuesta a este
evento. Si me saco la lotería depende de mí si malgasto el dinero o lo dedico a
inversiones prudentes y ayuda al prójimo… Si pierdo mis bienes depende de mí si
me siento en la banqueta a gozar con el papel de víctima o me levanto a
trabajar para reconstruir todo…
Víctor Frankl consideraba que la
vida tiene sentido incluso en las situaciones más dolorosas y desesperadas.
También pensaba que la voluntad de sentido es la fuerza motivadora más poderosa
en el ser humano. Nos dejó algunas joyas del pensamiento:
“Cuando la situación es buena,
disfrútala. Cuando la situación es mala, transfórmala. Cuando la situación no
puede ser transformada, transfórmate".
"Cuando ya no podemos
cambiar una situación, la vida nos reta a cambiarnos a nosotros mismos".
"Vive como si ya estuvieras
viviendo por segunda vez y como si la primera vez ya hubieras obrado tan
desacertadamente como ahora estás a punto de obrar".
"Al hombre se le puede
arrebatar todo salvo una cosa: la última de las libertades humanas, la elección
de la actitud personal ante un conjunto de circunstancias para decidir su
propio camino".
Estemos pues preparados para
sortear tanto serpientes como escaleras.
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